El grupo que hizo Sisi se armó a partir de un puñado de estudiantes de la Facultad de Humanidades y Artes de Rosario que se empezaron a juntar hacia mediados de 1989 en los claustros de la facultad cuya doble entrada por las calles Entre Ríos y Corrientes se extendía a lo largo de pasillos, escaleras, aulas y salones hacia el centro de manzana. Las reuniones, por lo general nocturnas, en los mal iluminados salones de arriba se iniciaron poco después de los saqueos de mayo, en medio del final abrupto del gobierno de Alfonsín y los comienzos del menemismo. Todos habían militado en el MAS o en el PC, y algunos, sin que fuera ya una experiencia excluyente, lo seguían haciendo. El núcleo fundacional de la revista y elenco estable del Consejo de Redacción a lo largo de sus tres números lo integraron Pablo Francescutti, Roberto García, Osvaldo Aguirre, Juan Manuel Alonso y Jorge Testero. Ya en cierta manera decidido el carácter de la revista y su modo de funcionamiento, con alguna periodicidad y rotación comenzaron a celebrarse en las viviendas de los miembros responsables las juntadas para confeccionar los índices de cada Sisi, evaluar propuestas gráficas o poner en consideración distintas notas que incluían su lectura en voz alta y posteriores discusiones críticas, muchas veces bastante ácidas.
Alejandro Taverna, Walter Motto y Pablo Makovsky configuraron el grupo de colaboradores regulares y, a partir de la segunda Sisi, que salió en el invierno de 1990 y casi dobló en cantidad de páginas al número inicial, se formó un equipo de diagramación con Susana Daz, Manuel Cosgaya y Gustavo Gómez, que se reunía aparte para dar cuenta de la tarea, haciendo Juan M. Alonso de nexo entre este equipo y la redacción. Como se decidió acrecentar la presencia gráfica partir de ese número, además de los dibujos que ya proveían los miembros del equipo, se solicitaron numerosas ilustraciones a otros autores, en general conocidos de las aulas de Bellas Artes, donde la mayoría cursaba sus carreras. Trabajos de Pina Torres, Marcela Sosa, Sabina Florio, Luciana, Charly Aguilar, Esteban Tolj y Osdy se sumaron a las páginas de Sisi. Las notas principales eran reservadas a miembros del consejo de redacción, pero cada número incluía también relatos breves, ensayos y poemas de numerosos autores: Martín Prieto, Rubén Bernabiti, Antonio Pozzo, Marcela López Machado, Rubén Chababo, Guillermo Fantoni, D. G. Helder, Oscar Taborda y Jorge Dipré, entre otros. A pesar de algunos intentos por pensar cruces y tensiones entre medio universitario y política o preocupaciones historiográficas, en la línea de la revista prevaleció el marcado interés por la literatura, el cine, el arte y la poesía, y cierta atención a la crónica que sobrevuela zonas de ciudad específicas.
A fines de 1990 salió la 2 de Sisi, tercer y último número de la revista. La radicación definitiva en España de uno de sus miembros, el arribo a término de las carreras académicas de otros, publicación de primeros libros y cierto aire a final de época —para entonces podía decirse que el período de retorno a la democracia con su asentamiento, sobresaltos y esperanzas no corroboradas había ya concluido— precipitaron, en suma, que Sisi ya no tuviera otro número.
Digitalización: Damián Monti Falicoff (IECH-UNR/CONICET)