La historia de la revista Vortex empezó en un local de (mala) comida rápida en la calle Corrientes, cerca del obelisco, en algún momento del año 1998, como un proyecto sumamente modesto, en un club de fans de las historietas japonesas (mangas). Una docena de más o menos quinceañeros, quienes dibujaban en su mayoría por puro gusto desde hacía muy poco tiempo, intentaron participar de alguna suerte de taller de historietas para tantear sus propios límites y destrezas, bajo la dirección de Gustavo A. Balbiani. El taller de historietas pronto se convirtió en un proyecto editorial formado con elementos algo verdes, pero con ganas de explotar su potencial. Como el cambio de dirección del proyecto no a todos les gustó, por un proceso de decantación, esa docena pasó a ser un cuatro en un par de meses (un dibujante, un editor guionista diseñador gráfico, un notero cuasi dibujante guionista llenador de huecos y una contadora), grupo que logró sacar a la calle un primer número de una revista como no se había visto en los veinte años anteriores ni se verá después. Se publicó sólo ese primer número: la revista Vortex surgió de un proceso de dos años y terminó en dos meses.

Su dibujante era Walter G. Gómez, quien, desde su más tierna infancia, dibujaba caras de próceres a pedido en la primaria para ganarse sus primeras monedas. Todo un profesional. Gómez solito supo crecer en el dibujo hasta ser capaz de hacer historietas en las que rápida y fácilmente hay que dibujar muchas cosas diferentes y todo tiene que salir perfecto. Cuando su narrativa pudo expresar emoción y ser comprensible, se volvió un crack. Gustavo A. Balbiani era un recién egresado del secundario en Comunicaciones, y un dibujante autodidacta. Había trabajado en varios centros de fotocopiado y levantado de ahí sus ideas editoriales. Gabriel de Romanis señala, en su presentación para Ahira, que “Gus entró al local en el que los aspirantes a dibujantes nos reuníamos a charlar y soltar un poco de presión de la aplastante semana de clases y cuando nos vio divirtiéndonos vilipendiándonos entre nosotros sin hacer nada de valor positivo, me comentó: ‘Sólo vi mucha energía mal orientada… envidia, odio, rencor empujado por mucha pasión al arte, y sentí que tenía que hacer algo…’. Ordenador nato de las cosas, hizo un todo a partir de unas cuantas piezas y nos organizó a nosotros, a la historia y a la revista de un plumazo. Yo estaba estudiando electrónica y como no me había terminado de gustar lo que había aprendido ni teníamos en casa cómo costear lo siguiente que quería hacer, empecé a explorar otros de mis gustos y de la caligrafía técnica salté al dibujo de historietas”.

 

Vortex
Comisión Directiva: Gustavo A. Balbiani, Gabriel de Romanis, Arisa Kyyuna y Walter G. Gómez
Fecha de publicación: diciembre de 1999
Números publicados: 1
Lugar de edición: Ciudad de Buenos Aires

Digitalización: Gabriel de Romanis

Vortex
Diciembre de 1999
Vortex nº 1