Sección Áurea —escribe Alfredo Sábat especialmente para Ahira— fue un antojo de mi padre Hermenegildo Sábat. Hacía años que quería publicar una revista que siguiera el espíritu de la legendaria Push Pin Graphic, y cuando creó la Fundación de Artes Visuales para dar clases de dibujo, vio la justificación para hacerlo. Venía a cumplir la función de órgano de difusión de la Fundación, y de hecho colaboraban en ella los demás profesores y algunos alumnos del taller, pero principalmente era la satisfacción a su pulsión por publicar, así que en ningún lado se iban a ver anuncios de los cursos, los horarios o sus contenidos.

De este modo, fue consiguiendo algunos anunciantes, y el apoyo de la casa que hacía la separación de colores y la impresión, pero nunca se preocupó demasiado por difundirla o por si se vendía. Lo importante era el juego de hacerla, de buscar el material, los textos, de hacer los dibujos y llamar a dibujantes y pintores amigos para que entraran también en el juego. A veces, buscaba la manera de contactarse con los genios que admiraba y pedirles algo original o en su defecto el permiso para reproducir alguna obra en particular. Se dieron casos muy raros, como que consiguió el contacto de André François, un genio de la ilustración que colaboró con Punch y The New Yorker, se tiró un lance y le pidió algo. Y André François se lo hizo, porque ya nadie le pedía más nada por ser una leyenda que supuestamente estaba más allá de que se le pidieran dibujos.

Y así fue publicando, por casi seis años, un número por trimestre, cada uno dedicado a algún tema en particular que podía ser La Boca o Borges, sin hacer ninguna referencia a coyuntura del momento, por lo que es totalmente atemporal y actual a la vez. Los textos eran anécdotas, chistes, poesías o fragmentos de libros que había leído mi padre. A veces, mi hermano y yo agregábamos alguno. Y el diseño y armado estaba a mi cargo. Pero llegó un momento que el entusiasmo del juego decayó, y así como apareció, dejó de salir, sin grandes anuncios y sin despedidas, ni públicas ni privadas. Sección Áurea fue un lujo oculto, un secreto fino y elegante que duró poco pero que merece permanecer, y que en su versión digital tiene la oportunidad de hacerlo.

Sección Áurea
Director: Hermenegildo Sábat
Director asociado (desde el nº 15): Alfredo Sábat
Fechas de publicación: diciembre de 1990 – enero de 1997
Lugar de edición: Ciudad de Buenos Aires

Digitalización: Sylvia Saítta