La revista Gargantúa. La Gente que Lee nació a fines de 1999 en la ciudad de Buenos Aires, en una exposición de pinturas de Adolfo Nigro. Gregorio Gordon, además de empresario exitoso, era un gran coleccionista de arte argentino en general y de obras de Adolfo Nigro en particular. En esos años, además, editaba la revista Clásica, que dirigía Diego Fischerman. Guillermo Piro, director de Gargantúa, sostiene que “Gordon, por defecto, solía presentar sus pequeñas victorias como grandes fracasos, de modo que, charlando, habló de todo el dinero que perdía con Clásica, a lo que se me ocurrió preguntarle si no tenía ganas de perder más dinero. La propuesta lo inquietó, porque me preguntó a qué me refería, y le expliqué que tenía en mente una revista de libros con, al menos, dos particularidades: el tamaño (debía ser de 43 x 67 cm) y una columna vertebral, llamada ‘Últimas noticias de Babel’, en la que se citarían textualmente fragmentos de las intervenciones de los escritores en la prensa de todo el mundo. Y así se hizo”.
El primer número apareció en octubre de 2000 y aspiraba a ser una revista de crítica literaria, cosa que fue, pero no exclusivamente. Publicó también algunas entrevistas inéditas raras (Chandler entrevistado por Fleming, Godard por Le Clézio). El funcionamiento general era el de cualquier revista literaria de entonces: prestaba atención a las novedades (incluso sometía a votación entre los lectores y decretaba el libro ganador del mes), hecha entre amigos, pero en absoluta soledad.
En el cuarto número (febrero-marzo 2001) la revista cambió de formato (“Esperábamos que los colectivos, los subtes, los trenes y los aviones adecuaran sus condiciones de habitabilidad y legibilidad interna a las dimensiones y al uso de Gargantúa. Hubiese sido un espléndido ejemplo de heterogénesis de los fines: hacer una revista literaria para obtener el mejoramiento de los medios de transporte”) y lanzó una propuesta, también inédita, titulada: “¿Quieren publicar? Paguen”, en la que se invitaba a los lectores a enviar textos a la redacción especificando cuánto estaban dispuestos a pagar por verse publicados. La Dirección de la revista los leería, y si los aceptaban, se publicarían gratis. “Si –como es mucho más probable– no nos gusta, iremos a ver cuánto están dispuestos a gastar para publicarlo, y si la oferta supera a las otras, lo plantaremos en página. Si lo que escribieron no nos gusta, y si la oferta que hicieron es baja, les damos otra posibilidad: extraeremos al azar algunos escritos de los que nos llegaron y los publicaremos igual. Si no los ayuda ni la calidad, ni la cantidad, ni la buena suerte, amigos míos, será mejor que se dediquen a otra cosa”. Nunca se pudo averiguar a dónde habría llevado semejante propuesta; ése fue el último número de la revista.
Gargantúa. La Gente que Lee
Director: Guillermo Piro
Fechas de publicación: nº 1, octubre de 2000 – nº 4, febrero/marzo de 2001
Lugar de edición: Ciudad de Buenos Aires
Dimensiones: 42×67,5 cm
Digitalización: Marcelo Silvestro