En la ciudad de Buenos Aires, Testigo fue dirigida por el poeta y ensayista Sigfrido Radaelli entre 1966 y 1972, creador también de Megáfono (1930-1934) y su continuadora Capítulo (1937-1938). Se trata de una revista ecléctica y heterogénea: desde el ensayo inaugural de Jorge Luis Borges —de quien Radaelli había publicado Historia universal de la infamia en 1935 en la “Colección Megáfono”— hasta la reseña de Miguel Grinberg sobre la “Nueva Música Urbana” (Pappo’s Blues, Aquelarre, Pescado Rabioso) en el anteúltimo número. En 1966 se publicaron cuatro números trimestrales. Reapareció en el primer trimestre de 1970 pero signada por un posicionamiento político más preciso, como puede verse en secciones como “Revolución y cambio” (n° 5) o en su número dedicado al Chile de Salvador Allende (n° 7). Ese año, fue clausurada y reapareció a fines de 1971.
Testigo presenta un formato habitual de tres secciones con artículos y ensayos críticos agrupados por ejes temáticos, además de un espacio central dedicado a cuentos y poesías inéditos. A partir del quinto número se incorpora una cuarta sección titulada “Libros y espectáculos” dedicada a reseñas críticas. La heterogénea lista de colaboradores incluye, además de los nombres mencionados, a Enrique Anderson Imbert, Carlos Astrada, Leónidas Barletta, Silvina Bullrich, Córdova Iturburu, Juan Filloy, Macedonio Fernández, Roberto Juarroz, Bernardo Kordon. Eduardo Mallea, Manuel Mujica Laínez, Olga Orozco, Alejandra Pizarnik, Ernesto Sabato, María Elena Walsh, Fina Warschaver, entre otros.
Digitalización: Martín Servelli