
La Escena Contemporánea contó con diez números publicados entre la primavera de 1998 y el otoño del 2003. Su primer grupo editor estuvo conformado por Diego Sztulwark, María Pía López, Javier Trímboli, Fabio Wasserman, Guillermo Korn, Guillermo Levy, Marcela Martínez y Alejandra Prilutzky. Algunos de ellos se alejaron de la revista entre el quinto y sexto número, pero se sumaron Ana Fabbri, por un par de números y Matías Molle hasta el último; en el octavo ingresó Verónica Gago. El título remite al elegido por José Carlos Mariátegui para su primer libro de 1925, dedicado a asuntos de política mundial. Homenaje y apuesta. El diálogo entre generaciones y tradiciones fue su premisa, cuyo subtítulo definía la propuesta de ser una revista de política. Por lo tanto, aglutinó a un grupo heterogéneo de gente que provenía de las facultades de Filosofía y Letras y Ciencias Sociales, de la Universidad de Buenos Aires. A la distancia un propósito que parece obvio no lo era tanto: enlazar distintas tradiciones humanísticas para pensar la coyuntura, sin un anclaje académico y partícipes de la sensibilidad de una generación.
Cada número se articulaba a través de un tema central, munido de escritos del grupo editor e invitados como León Rozitchner, Horacio González, Luis Mattini, Cecilia Flachsland, Eduardo Grüner, Eduardo Basualdo, Claudio Lozano, Eduardo Rinesi, Ignacio Lewcowicz, Coriún Aharonian, James Petras, Ezequiel Ipar, Dardo Scavino, entre otros. También hubo espacio para la crónica, las entrevistas y las reseñas. Tuvo secciones fijas: “Convite” dio lugar a la palabra de distintas organizaciones como la Correpi, H.I.J.O.S., la Biblioteca Pedro Milessi, El Brote, ex combatientes de Malvinas; “Textos encontrados” y “Visto, oído y hablado” recuperaron textos de distintas tradiciones, diferentes voces y experiencias. Cada número llevó la marca de un artista: los dibujos de Carlos Schlaen o los fotomontajes Nilce Silvina Enrietti, el G.A.C., entre otros.
Diciembre de 2001 fue un parteaguas en múltiples sentidos. También para la revista en la que ciertas decisiones editoriales fueron puestas en suspenso en su octavo número “de intervención”, con el planteo de “sospechas, hipótesis y crónicas” sobre el 19 y 20 que se enunciaban desde una voz colectiva. La única excepción fue la firma de David Viñas, para el anticipo de un libro no concluido sobre los modos de leer el diario La Nación. En los últimos dos números volvieron a publicarse artículos individuales.
La Escena Contemporánea se definió como una revista generacional, orientada a pensar los dilemas y promesas de la coyuntura política. Un modo de posicionarse que arrastraba el desencanto con las políticas partidarias, que prestaba atención a los movimientos sociales que desde mediados de la década de 1990 se expandían por el país, y que conjugaba la atención por la literatura y la historia en ese telar de fondo. En el 2001 fue conmovida en su propio modo de hacer y en el 2003 la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia construye un escenario tan diferente que la revista dejó de editarse.
La Escena Contemporánea
Grupo editor: Diego Sztulwark, María Pía López, Javier Trímboli, Fabio Wasserman, Guillermo Korn, Guillermo Levy, Marcela Martínez y Alejandra Prilutzky; Ana Fabbri (n° 6 y 7), Matías Molle (n° 6 a 10) y Verónica Gago (n° 8 a 10). No tuvo director/a.
Diseño: Qystup, en los primeros dos y después Cutral.
Lugar de edición: Ciudad de Buenos Aires
Fechas de publicación: noviembre de 1998 a mayo de 2003.
Números publicados: 10
Dimensión: 15,5 x 22 cm
Digitalización: Ana Lía Rey y Guillermo Korn.